lunes, 7 de febrero de 2011

Un gato miron no deja a una pareja hacer el amor


Cerca de Milán un gato es llegado a la corte porque es el voyeur (miron). Creandole serios problemas a su  propietario, sentirse observado, no puede consumar como le gustaría con su esposa.
 El héroe, un hombre de 66 anos que vive en Milán. Dice que hace cuatro meses es incapaz de tener relaciones sexuales "normales" con su mujer de unos cuarenta años. La culpa del gato, que durante el acto sexual está ahí para ver.
"Me pone ansioso, es preocupante, me desanima".
Acusación. De hecho, el intercambio de regalos en la ternura de terceros, incluso el gato de la familia, puede ser embarazoso. Aún más vergonzoso es el hecho de que, sin embargo, el pobre gato parece ser realmente el chivo expiatorio de otros problemas que el hombre le cuesta admitirlo.
Y su esposa, sin embargo, efectivamente resume así: "Mi marido se queja mucho, pero la verdad es que ha llegado a la paz de la mente." En resumen, no puede hacerlo y  culpa al gato. Al menos, así lo dice la señora.
In italiano
Protagonista della vicenda, un 66enne che vive nel capoluogo lombardo. Dice che da quattro mesi non riesce ad avere un rapporto sessuale "regolare" con la moglie quarantenne. Colpa del gatto voyeur, che durante le effusioni sta lì a guardare.
"Mi mette ansia, è inquietante, mi inibisce".
Accusa. In effetti, scambiarsi tenerezze in presenta di terzi, sia pure il gatto di casa, può essere imbarazzante. Ancor più imbarazzante è il fatto che, però, il povero gatto sembra in realtà essere il capro espiatorio di ben altri problemi che l'uomo stenta ad ammettere.
E che la moglie, invece, sintetizza con efficacia: "Mio marito si lamenta tanto, ma la verità è che ha raggiunto la pace dei sensi". Insomma, lui non ce la fa e dà la colpa al gatto. Almeno, così sostiene la signora.

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